lunes, 18 de diciembre de 2023

Unexpected - T1E1 "¿Dormiste con un extraño?"

 Desperté. La luz de la mañana encandilaba mis ojos con los rayos del sol atravesando la ventana. Escuchaba el cantar de las aves. Pegué tremendo bostezo y estiré mis brazos. Mi cabeza me dolía un poco, jaqueca o algo así. Aún encandilada, me levanté y cerré las cortinas para que dejase de pegarme el sol en la cara. Volví a acostarme.

Me acurruqué y cerré los ojos para poder seguir durmiendo. En mi cabeza hice una imagen mental de lo que había visto en la recámara. Algo me estaba brincando.

Abrí los ojos y veo junto a la cama una silla muy peculiar: era de esas curvas, de motel. Vi a mi alrededor y me di cuenta de que esa no era mi habitación, sino un lugar desconocido.

Me levanté de golpe y razonando, giré mi cabeza lentamente. Brinqué del susto al ver que había un hombre acostado a lado mío.

Era pelinegro con barba, su grande pecho estaba a la vista. Levanté un poco la sábana y vi que se encontraba desnudo, dejando ver una morning wood. Me petrifiqué al darme cuenta que yo también me encontraba desnuda, no me había caído el veinte.

Dios mío, Hailey, ¿qué hiciste?

Asustada, busqué por mi teléfono que estaba en el suelo junto a mi ropa. Sin hacer mucho ruido, comencé a vestirme con desesperación y sólo me até el cabello con una liga. Ni quise ir al baño para evitar que aquél hombre despertase.

Una vez lista, salí de esa habitación. Caminé por el pasillo hasta la salida, cubriéndome el rostro con la mano para que los de recepción no me viesen. Aunque claro, seguro me vieron cuando llegué aquí.

Salí de ese lugar y vi que era nada más y nada menos que un motel. Confirmé mis sospechas. O sea, ¿me trajo aquí y ni fue para llevarme a algo más decente? ¡Uno no sabe cuántos fluidos hay en esas camas! Ay pero por el amor del Señor todo poderoso, ¿cómo es que yo me fui a meter con un hombre a la cama?

Caminé unas cuantas cuadras y tomé un taxi. No iba a tomarlo en el mero lugar donde estuve, no quería quemarme.

Al subir, un mensaje me llegó, citándome a un café hoy por la tarde.

***

— Hola, mejor amiga del mundo— dijo la rubia.

— Comienzo a sospechar que no me invitaste por cortesía— le contesté.

— Por Dios, Hailey, casi vivo en tu casa, verte aquí es avaricia— contestó.

— ¿Y por qué estamos aquí?

— Quiero saber cómo estás por lo sucedido con Anya.

— Ay, Zoey, pues ese cuento estuvo muy fuerte— tomé un poco de mi café—. Las sospechas eran ciertas. Ella me estaba engañando con un hombre. Dijo que quería experimentar y que creía ser bisexual. ¡Inclusive en un momento dijo pensar estar confundida y que tal vez no era lesbiana!— exclamé.

— Ay, con razón la desgraciada te proponía intentar un trío con un hombre. Era tan insistente con eso— dijo mi amiga.

— No le bastaban los de plástico.

— Qué desagradable que te fuera infiel— comentó Zoey.

— Me dejó cuernuda— dije haciendo una mueca.

— Mira el lado positivo, en Navidad sólo te faltará la nariz roja— bromeó la rubia.

— Mamona— la fulminé con la mirada.

— Tendrás una verdadera razón por la que me digas así porque necesito un favor— jugó con sus dedos.

— ¡Sabía que era mucha amabilidad!— recriminé.

— Necesito que vayas a una cita a ciegas por mí— dijo.

— Ay no, Zoey. Ya no quiero ir a ese tipo de cosas. Dile a una de tus amigas bonitas o empleadas que vaya en tu lugar.

— Lo haría, pero luego les terminan gustando los hombres a los que van a ver, ya sea por su físico o por su dinero. Y tú eres la única persona que conozco que sé que no se fijará en ninguna de esas dos cosas— ella me guiñó el ojo.

— ¿Es porque soy lesbiana?— arqueé una ceja.

— Tal vez...— susurró.

— Ay gracias por pensar en mí, qué considerada, me alagas— ironicé.

— ¿Entonces sí vas?

— Qué molestia, ya deberías ir tú a ese tipo de cosas— dije con una galleta en la boca.

— No quiero ir a citas donde pretenden atarme a un matrimonio arreglado por intereses económicos, yo quiero que sea amor de verdad— dijo con unos ojos acaramelados.

— Entonces dile a tu papá que no quieres ir.

— Hasta parece que no lo conoces. Es bien insistente con eso— se quejó.

— Pues ve a la cita y arruínala tú misma para que no ocurra algo más— me dije.

— Pero tengo mucho trabajo, es el sábado por la noche y debo terminar de hacer papeleo, además no quiero ir— hizo un puchero.

— Tendrás que comenzar a resolver tus problemas tú sola, Zoey— tomé un sorbo de mi café.

Zoey buscó algo en su bolso y lo colocó sobre la mesa, deslizándolo hacia mí. Vi lo que era y luego volteé a verla, ella sonreía.

— ¿Quieres comprarme acaso?— levanté una ceja.

— En serio no quiero ir, Hailey.

— Agrégale otro cero y trato hecho.

Zoey aplaudió de felicidad y tomó el cheque para agregarle otro cero a la suma que me había ofrecido.

***

Era la noche del sábado. Zoey me había enviado a un salón de belleza para que me arreglaran para la ocasión, y de allí un auto me llevaba al restaurante donde sería la cita.

"Recuerda el plan que vamos a seguir". Leía en los mensajes que ella me había enviado.

"Haremos la táctica de la niña ricachona hija de papi castrosa y zorrilla".

"Si es necesario, sé asquerosa".

"Haz que te repudie y no quiera volver a saber de ti nunca más. O bueno, de mí. Mejor que no quiera saber de ambas nunca más".

— Ni siquiera me has dicho su nombre— envié por mensaje de audio.

"Ni yo me acuerdo de cómo se llama. Di tu nombre y te van a llevar con él. Bueno, mi nombre. ¡Tú sabes!" Envió por mensaje.

El auto se detuvo y me dejó en la entrada del afamado restaurante. Bajé y entré al lugar, muy elegante por cierto. Caminé hasta donde estaba la recepcionista.

— Hola, tengo una reservación a nombre de Zoey Hemsworth.

— Claro que sí, señorita Hemsworth, por aquí.

La chica me guió hacia donde estaba mi mesa, mientras yo miraba fascinada al rededor. De todos los lugares a los que había ido a suplir a Zoey, este era el más bonito. Lastima por las razones de las que estoy aquí.

— Esa es su mesa, el caballero la espera— la recepcionista señaló la mesa donde la cita de Zoey se encontraba sentado.

Díganme que me falla la vista.

Me exalté. Pegué un brinquito al ver al hombre. Sentí una sensación que recorrió mi cuerpo de arriba hacia abajo. Mi piel se puso de gallina y mis dedos temblaban.

— ¿Está usted segura?— le pregunté a la chica.

— Ehhh, sí. Es el único comensal— respondió.

Miré al rededor. No me había percatado que no había otra persona en el área. Yo estaba espantada, no sabía que hacer.

— Creo que ya me acosté con él— susurré para mí.

Era el hombre que hace unos días había amanecido a un lado mío, desnudo en la cama, en aquél motel de mala muerte.

— Disculpe, ¿qué dijo?

Abrí los ojos como platos al darme cuenta que la chica había escuchado lo que dije.



domingo, 3 de diciembre de 2023

Revenge - T1E6 "Quentin"

 Había terminado la clase de gimnasia. Estaba cambiándome en los vestidores. Yo me encontraba en toalla, pues había salido de bañarme.

 

— Irene, ¿has visto mi ropa?

 

— ¿No estaba en tu crasillero?

 

— Sí pero… no está ahora.

 

En eso, un chico pasa corriendo y me empuja, haciéndome caer al suelo y que la toalla se me cayera, dejándome al desnudo. Él y otro grupo de chicos me veían y se reían de mí, mientras unos se tomaban fotos.

 

— ¿Buscabas esto?— señala mi ropa, la cuál él tenía— Te ves muy bien desde acá arriba, donde siempre estoy.

 

Choca los cinco con otros machitos y se van del lugar. Malditos. Apreté los dientes con rabia.

 

Durante la noche, Christopher y yo entramos al gimnasio mientras que Irene vigilaba la puerta. Hice que Chris se subiera a una de las sogas de escalar y cortara el lazo para que se pudiese romper con facilidad.

 

Hace unos años, un día estaba en el parque de juegos. Mi madre fumaba un cigarro por ahí mientras que yo estaba en los columpios. Quise subir a la resbaladiza, y cuando estaba en la cima, un niño mimado llegó por atrás diciendo que yo no podía estar allí por gorda y que parecía pobre.

 

— Sácate, albóndiga.

 

El niño me empujó, no por la rampa, sino por al lado, haciéndome caer al suelo. Me golpeé fuerte la cabeza y se me abrió, desangrándome.

 

— Yo siempre estaré arriba mirando la basura de abajo— dijo, sacándome la lengua.

 

Algunas madres me veían raro, y mi mamá tardó varios minutos en ir a verme. Se encontraba ocupada en el tabaco.

 

Al día siguiente en la escuela, Quentin y yo teníamos que hacer una carrera en las sogas para ver quién lo hacía más rápido. El entrenador hizo sonar el silbato y comenzamos a escalar.

 

Ambos estábamos muy arriba, cuando la soga de Quentin tronó y él cayó al suelo. Yo soné la campana de la cima.

 

— Ahora estás abajo y yo estoy arriba.

 

Bajé de la cuerda. Vi que un charco de sangre se había formado en el suelo. Quentin se había abierto la cabeza. Lo llevaron al hospital de inmediato.

 

— No puedo creer que esto provocó que Quentin se lastimara— dijo Irene preocupada.

 

Yo me agaché y embarré mis dedos con la sangre de Quentin. La olí.

 

— Me gusta esto…




domingo, 26 de noviembre de 2023

Revenge - T1E5 "Señora Parker"

 — Oye— mi maestra me llamó la atención—, no puedes usar teléfono en clases.

 

— Estoy leyendo el libro que nos dijo.

 

— ¿Para qué quieres el libro el físico entonces? Para que te golpee con él en la cabeza de seguro— dijo.

 

— Hay más alumnos que igual lo leen en su teléfono, ¿por qué sólo me reprende a mí?

 

— ¡No me estés rezongando! No tienes ningún derecho, lárgate a la dirección. Mocosa.

 

— P-pero…

 

— ¡A la dirección!

 

Fui arrastrando los pies a la dirección. Esa vieja amargada ya me la había hecho antes. Por si no lo sabían, ella es la mamá de Kissy. Sí, la chica del baño.

 

Cuando era pequeña, y su hija me hacía menos, la señora-profesora Parker era de las madres que se burlaba de mí.

 

— No te juntes con ese fenómeno, mi amor, no queremos que te incite a trastornos alimenticios.

 

Decía la señora. Agh, pero esto no iba a quedar así.

 

— Christopher, ya llevamos tiempo saliendo, así que tengo la confianza de pedirte que me ayudes en algo.

 

— ¿En qué cosa, terrón de azúcar?

 

Sonreí.

 

En la noche, fuimos a la casa de la profesora Parker, y vimos por la ventana como ella estaba en su escritorio. Chris y yo la espiábamos.

 

— Enviaré el correo de una vez— dije.

 

Envié un correo a ella, a su esposo y al director de la escuela, conseguí su correo cuando ella me mandó a la dirección.

 

Envié fotos de como la profesora Parker ligaba con un estudiante, llamado Ethan, en el escritorio de su aula. También adjunté un bonito video donde ella hace el amor con él en la recámara de su casa, donde duerme con su esposo.

 

Ella al abrir el correo, comenzó a verse desesperada. Se agarraba la cabeza como loca. Su esposo al poco tiempo entró y comenzó a discutir con ella…

 

A la mañana siguiente, en su clase, el director entró.

 

— Dadas las circunstancias, la profesora Parker ya no impartirá clases aquí— dijo.

 

— ¿Por cogerse Ethan?— dijo un chico en el fondo.

 

— No puedo confirmar eso.

 

— Pero no lo negó— le respondió el profesor.

 

— En unos días llegará su profesor sustituto.

 

El director salió. Irene se acercó a donde estaba.

 

— Escuché que se los padres de Kissy se divorciarán— comentó.

 

Miré por la ventana, y vi como la profesora Parker lloraba mientras metía una caja con sus cosas en su auto.

 

 

Usted se lo buscó.




domingo, 19 de noviembre de 2023

Revenge - T1E4 "Cony"

 Un chico apuesto había estado siguiéndome. No literal de a cada lado, sino que de vez en cuando iba a verme porque pues, quiere conmigo. Me sentía deseada y eso me gustaba.

 

— ¿Y qué opinas de Christopher?— Irene tenía comida en la boca y apenas pronunciaba bien las palabras.

 

— Es muy lindo— dije entusiasmada.

 

¿Qué? No era el primer chico que me tiraba los perros, pero sí el primero que era bueno y no parecía un patán. Realmente parecía respetarme.

 

— Todo parece ir para bien— le dije.

 

Christopher llegó y se sentó con nosotros. Su rostro era tan lindo, y su rubia cabellera me encantaba.

 

— ¿Cómo está la chica más maravillosa de toda la escuela?

 

Dijo al tomar asiento en nuestra mesa. Estábamos en las mesas del pateo de la escuela. Él colocó una lata de soda frente a mí.

 

— Gracias por ti lindo detalle— sonreí.

 

— Me gustan como pareja, pero me empalagan— comentó Irene.

 

El teléfono de Chris comenzó a sonar por una llamada entrante. Lo revisó y era una llamada de su madre.

 

— Tengo que contestar, las dejo— tomó su mochila y se fue.

 

— Se ve que ha de tener un cuerpazo— dijo Irene—. ¿Ya se lo viste?

 

— No nos sexualices.

 

— Ay, I'm sorry, nena— ironizó—. No digas que no se te antoja.

 

Una chica se acercó a donde estábamos comiendo y dio un manotazo a la mesa.

 

— Tú— dijo.

 

— Hola Cony— dije desinteresada.

 

— ¿Por qué te empeñas tanto en quitarme a Christopher?

 

— Por Dios, Cony, él te dejó hace unos meses porque le fuiste infiel con Declan— dijo Irene.

 

— ¡Eso es mentira!— exclamó— Es culpa de esta víbora que se está enredando con mi Chris bebé. Maldita roba novios, ratera.

 

— ¿Qué dijiste?

 

— ¿No escuchas? Sorda. Eres una maldita ra-te-ra. Y te voy a quemar en redes sociales como una zorra arrastrara.

 

Cony mostró en la pantalla de su teléfono una foto mía donde Declan me estaba levantando la falda.

 

Yo me emputé.

 

Ella presiona un botón de su teléfono, compartiendo la foto en sus redes sociales.

 

— Oops, tengo dedos torpes, lo siento.

 

Ella se fue del lugar.

 

— Me voy a vengar de esa perra— dije.

 

Y había planeado una dulce venganza. Un secreto a voces iba a ser desvelado. Después de unas semanas, había obtenido unas fotos que le mostré a Irene.

 

— Eso es muy fuerte, ¿segura que quieres hacer eso?

 

— Tengo mis motivos.

 

Cuando íbamos en la primaria, una vez una compañera perdió su monedero. Ese día su mamá le había dado mucho dinero, no sé por qué. El chiste es que la bruta perdió su dinero.

 

Después de buscarlo, apareció debajo de mi butaca. Cony en ese momento me llamó “ratera” y todos se burlaron de mí por una semana.

 

Presioné botones por aquí y por allá, y compartí las fotos y videos que había obtenido.

 

Miramos por el pasillo como Cony comenzó a gritar frente a su casillero. Sus amigas intentaban consolarla pero ella sólo gritaba y sollozaba. Todos la miraban raro.

 

Christopher se acercó.

 

— ¿Vieron lo que salió de Cony? Alguien lo compartió— nos mostró su celular.

 

Christopher reprodujo el video donde se ve a Cony robando un collar y unos pendientes de una joyería, y luego unas fotos donde hurtó algunas prendas de una tienda.

 

Cerré mi casillero y caminé por el pasillo, pasando a lado de Cony.

 

— Ra-te-ra— dije.

 

Ella gritó como perra histérica.




domingo, 12 de noviembre de 2023

Revenge - T1E3 "Declan"

 — No puedo creer que haya pasado todo eso.

 

Me dijo mi mejor amiga, Irene. Una chica con la que he comenzado a llevarme ahora que he vuelto a vivir aquí. Le conté lo que pasó con Kissy, ella no se lo podía ni imaginar.

 

Tomé mi bandeja del almuerzo y me levanté del lugar donde comimos, Irene me siguió. Las depositamos en el lugar donde van y nos dirigimos a la salida. Mas sin embargo, pasamos a lado de una mesa llena de testosterona. Así es, una mesa llena de muchachos, machitos, “onvres”, que se la pasaban haciendo un bullicio 24/7.

 

— Hola primor.

 

Un chico alto y fornido saludó. ¿A cuál de las dos? No lo sé. Me detuve en seco pero Irene me llegó por detrás y me susurró que siguiera caminando, me dio un ligero empujón y seguimos avanzando.

 

El muchacho se levantó de la mesa y con paso apresurado se interpuso en nuestro camino. Irene bufó.

 

— ¿Cuál prisa?

 

El muchacho sonrió mostrando sus dientes blancos, pareciese que ayer le habían puesto esas carillas tan blancas color falso.

 

— Seguro te pusiste esa faldita para mí.

 

Se estaba burlando de mi ropa. Pero yo no olvido. Ese chico era Declan, y tengo una anécdota que contarles.

 

Cuando era niña, él se burló de mí por cómo fui disfrazada en una noche de Halloween. Yo vestía de princesa, de Cenicienta. Él decía que era una bola de grasa no podía ser una princesa. Me llamó Gordicienta.

 

Y como si se tratase de las hermanastras, él comenzó a jalar de mi vestido hasta romperlo, destrozándolo y haciendo que se me que cayera, dejándome prácticamente en ropa interior.

 

Todos se burlaban de mí, y yo sólo sollozaba. Inclusive unas madres se llegaron a burlar, no hicieron nada las ingratas.

 

Declan puso una mano encima mío y lo fulminé con la mirada. Acercó sus labios a mi oreja y susurró.

 

— Podemos ir al armario del conserje y ver tu ropa interior, princesa.

 

Abrí los ojos como platos. ¿Me habrá reconocido?

 

Yo reaccioné dándole un rodillazo en los bajos, lo que le hizo quejarse del dolor y caer de rodillas al suelo. Tomé una bebida de la mesa y se la vertí encima. Todos comenzaron a burlarse.

 

— Respétame, degenerado.

 

Salí de la cafetería e Irene iba corriendo detrás mío.

 

— ¿Qué pasó allá?— preguntó.

 

— No dejaré que nadie me falte el respeto así, ningún hombre tiene derecho a tocarme sin consentimiento.

 

— Así es, hermana.




domingo, 5 de noviembre de 2023

Revenge - T1E2 "Kissy"

 Estaba en el baño de la escuela, el “tocador” para Kissy, que no se callaba la boca de estarse arreglando con sus amigas. Que si el rimel, que si el gloss, que si su busto se ve lo suficientemente levantado para poder dejar babeando al profesor de Química con el que se ha querido acostar durante todo el semestre. No lo invento yo, es lo que he podido captar durante todo este rato que me limpio la cola en el baño.

 

No creo que hayan sido conscientes de que había alguien más dentro del baño porque, cuando bajé la palanca para descargar, comenzaron los comentarios interrogándose quién estaba ahí, que si de verdad estaban solas, que si habré escuchado todo lo que dijeron. Yo, no, sí. Las respuestas a todas sus preguntas.

 

Salí un poco tímida del cubículo, intentando que no me vieran. Obvio era imposible.

 

— ¿Por qué caminas así?

 

Preguntó Kissy al ver que mis piernas flaqueaban. Decidí no responder.

 

— ¿Escuchaste lo que dijimos?

 

Preguntó ella. Yo tenía la cabeza baja, mientras me lavaba las manos. Ella me miraba por el espejo, me percaté de ello porque por unos segundos levanté la mirada y nuestros ojos chocaron.

 

— Eres nueva, ¿verdad?

 

No, no lo soy.

 

— Tal vez no me conoces…

 

Sí. Sí te conozco. Recuerdo perfectamente cuando yo estaba en primaria, y tenía mi almuerzo en mi lonchera de My Little Pony. Comía sola en el recreo, como siempre. No, no es que no tuviera tan siquiera una amiga, sino que yo prefería alejarme, se burlaban de ella y prefería no mostrarme con ella porque le decían palabras hirientes.

 

Estaba sentada sola, comiendo el emparedado que mamá me había preparado en la mañana. Le daba mordiscos cuando un grupo de niñas se acercó a mí. Era Kissy y su clica. Ella era esa mocosa que usaba una tiara en la escuela y siempre vestía de rosa. Daba cringe.

 

— Qué rico yogurt— dijo al ver lo que traía de almuerzo—. Dámelo.

 

— Es mío— susurré.

 

— Estás muy gorda ya, si te lo comes, vas a explotar— dijo y lo tomó de mi lonchera.

 

— Eso es mío, me lo dio mi mamá— dije enojada.

 

— Uy, la botijona se puso roja— habló sobre como mi cara se coloró por el enojo—, como una fresa— dijo mientras destapaba el empaque—. Hará juego con el yogurt.

 

Kissy dejó caer todo el yogurt en mi cabeza, empapándome, manchándome y dejándome ahí. Ví como las chicas reían mientras yo lloraba, sola. El resto de niños de acercaron a ver, me rodearon mientras se reían y me señalaban. Yo no podía moverme, sólo estaba ahí sollozando.

 

— Tal vez no me conoces, pero aquí soy la abeja reina— me dijo Kissy viéndome por el espejo—. Debo cuidar mi imagen cariño.

 

Ella se acercó y tomó mi cabello, destapando mi rostro para que pudiera verlo.

 

— No le digas a nadie, ¿entendido?

 

Yo asentí con la cabeza. Abrí la llave del lavabo pero esta se zafó e hizo que el agua salpicara, mojando tanto mi ropa como la de Kissy. Ella dio pasos atrás y gimió de la rabia.

 

— ¿Qué te sucede, maldita?— gritó furiosa.

 

— Lo siento— susurré, casi inaudible porque mi voz se ahogó en mi garganta.

 

Di unos pasos, en falso, porque mis piernas flaquearon, y el agua en el suelo me hizo resbalar. Mis manos pasaron a traer un café helado que una amiga de Kissy sujetaba. Convenientemente, la bebida cayó sobre Kissy, de nuevo.

 

Yo estaba en el piso, como perrito, de rodillas y con las palmas que me detuvieron la caída. Veía a Kissy desesperada, mientras sus amigas le ayudaban a limpiarse.

 

Me paré como pude, resbalando casi cayendo de nuevo al piso por el suelo mojado. Salí corriendo. Cerré la puerta del baño y me quedé afuera, pegada a la pared, con la respiración agitada.

 

— ¡Maldita!— gritó, casi desgarrando su garganta.

 

Entre mi respiración entrecortada, sonreí.




domingo, 29 de octubre de 2023

Revenge - T1E1 "La protagonista"

 Sí, va a sonar muy cliché. La típica niña gorda, con lentes y brackets, fan de animes (especialmente gore) que era otaku. Sí, esa era yo.

 

Y sí, como ya habrán supuesto, me hacían bullying desde pequeña. Siempre lo he vivido. Todas las etapas de mi vida fueron manchadas con el constante acoso que me hacían niñas y niños de mi clase, de mi grado, de mi escuela entera.

 

Pero no paraba ahí, ir al parque era el mismo infierno. Siempre que iba para jugar, muchos niños me rechazaban y miraban feo, e inclusive sus padres hacían muecas al verme.

 

Me era demasiado doloroso ver a mamá a lo lejos. Sabía que ella se daba cuenta de las reacciones que las demás personas tenían hacia mí. Una vez la vi llorar sola, sentada en una banca del parque. Yo podría ser pequeña, pero comprendía la situación.

 

En la escuela por lo menos ella no lo veía, pero sabía que se replicaba la situación. En más de una ocasión, en los diferentes niveles académicos en los que estuve, siempre en las juntas de padres, mamá pedía a los demás que le dijeran a sus hijos que jugaran conmigo, porque le dolía verme sola.

 

Los hijos son el reflejo de sus padres. Eran igual de mierda. Padres e hijos me juzgaban. Era una tortura.

 

Nos mudamos. Fue por papá, el trabajo.

 

Fue una oportunidad. Las influencias llegaron a mí. Ser fan del anime me movió a ver a otros países asiáticos, entre ellos, Corea del Sur. Sí, el K-Pop. Llegaron las influencias. El querer verme como aquellas hermosas mujeres. Fueron mi inspiración para cambiar.

 

Y lo hice. Invertí en mí, mucho. Manifesté cosas, audios subliminales. Y me hice bonita.

 

Hoy, regreso a mi antigua ciudad. A mi antigua escuela. Y veré de nuevo a todas aquellas personas que me atormentaron por años. Quiero ser fuerte. Espero ser fuerte. Aún tengo pesadillas, en mis sueños surgen los recuerdos de todo lo que me hicieron pasar. Mi ansiedad no ha mejorado, aunque la he tratado. Me dio un ataque cuando pasamos por mi antigua escuela. Claro, era secundaria. Ahora iré a preparatoria. Tal vez ya no me tope con muchos de mis antiguos compañeros, Dios quiera con ninguno.

 

Yo sólo manifiesto que lo que me hagas y me desees, se te multiplique. Sabrás tú si es bueno o malo como me tratas.