— ¿Qué cosa?— pregunté intrigada.
— El por qué me fui del campamento LakeWake— dijo—. Como sabes, mi último campamento fue hace dos años. En 2014.
— Sí, lo recuerdo bien.
— ¿Sabes qué pasó en ese campamento?
— No sé si es a lo que te refieres...— contesté dudosa.
— Ese año me sentía muy mal, los chicos siempre me hacían bullying y...
— ¿Qué pasó Roger?
Siete campistas, sólo nos quedaban siete campistas, y a Revival le quedaban seis, y ya íbamos a terminar por fin esta guerra de campamentos, teníamos una cabeza de ventaja, todo estaba marchando bien para nosotros, cuando de repente:
— ¡Fuego!
Gritaron. No sé si fue de mi lado o del contrario, pero escuché el furor en los disparos, el bullicio, el descontrol que se armó. Vi como golpearon a Sonya, a Porsha y a Jason. Perdimos a tres campistas, quedan cuatro. Los campistas de Revival, eran cuatro los que emboscaron, entre ellos Connor; tres de ellos cayeron, el cuarto estaba más atrás, atacando detrás de un árbol. Éramos los únicos dos allí, sólo que yo estaba en campo abierto. No tuve otra opción más que correr, aproveché que los chicos servían de barrera en mi paso para que no me manchara. Disparaba muchas veces, sus balas chocaban con mis compañeros, ahora tenía que correr hacia los árboles, pero había un buen tramo. Siguió disparando y en una de esas caí. No caí por una bala, sino que me tropecé. Cerré los ojos para no ver la bala venir, pero nunca llegó. Abrí los ojos confundida y vi al chico desconcertado porque su pistola había quedado vacía. Miró las pistolas de sus compañeros quienes ya no me podían atacar, y corrió hacia ellas para tomarlas e intentar dispararme. Me levanté de golpe y corrí lo más rápido que pude hacia dentro del bosque, sin mirar atrás en ningún instante, esperando no tropezar de nuevo con algo y terminar rodando.
Ya nos quedaban 28 campistas que seguían concursando. Y sí, todos mis amigos seguían en el juego. Ya llevábamos cinco días y algunos decían que nos llevarían diez días en total para terminar toda la guerra. Habíamos puesto varias trampas en las orillas del campamento, y nos encontrábamos dando nuestro rondín para ver si alguien caía en ellas, además de atacar a cualquiera que encontráramos. Jason ya había dejado de estar tan depresivo, si bien intentaba no cruzar palabras conmigo, aun así convivía con nuestros amigos en común.
— ¿Oyeron eso?— dijo Bet.
— Yo no oí nada— respondió Jason.
Nos quedamos quietos y sin hacer ruido, agudizando nuestros oídos. Escuché un grito. Hice señas para que Porsha, Sonya y los otros dos chicos que iban con nosotros se quedaran mientras que Jason y Bet me seguirían. Avanzamos con cautela, y a lo lejos habíamos visto que alguien estaba colgando de una de las trampas. ¡Genial! Los tenemos. Corrí y salté de entre los arbustos emocionada.
— Por favor déjame ir.
Estaba en la oficina de Gwen, rogándole para que me dejara ir al campamento Revival, ¿recuerdan que no he ido ni una sola vez porque ella me lo prohibió? Pues ahora necesito que revoque mi castigo porque necesito ir a Revival para seguir con el plan de ataque que hemos ideado Vera y los demás.
— Tenemos que llevar a cabo el plan para atacar a los chicos de Revival antes de que ellos nos eliminen a nosotros. ¡Sabes que soy la más competente aquí!
— ¡Te oímos!— gritó Bet desde afuera.
— Ashlynn...
— Haré lo que sea, te ayudo a limpiar tu oficina, limpiaré el muelle, barreré las hojas de la zona del toten, te conseguiré novio, pero por favor— junto mis manos entrelazando mis dedos—, por favor déjame ir— parpadeé varias veces e hice un puchero.