domingo, 19 de noviembre de 2023

Revenge - T1E4 "Cony"

 Un chico apuesto había estado siguiéndome. No literal de a cada lado, sino que de vez en cuando iba a verme porque pues, quiere conmigo. Me sentía deseada y eso me gustaba.

 

— ¿Y qué opinas de Christopher?— Irene tenía comida en la boca y apenas pronunciaba bien las palabras.

 

— Es muy lindo— dije entusiasmada.

 

¿Qué? No era el primer chico que me tiraba los perros, pero sí el primero que era bueno y no parecía un patán. Realmente parecía respetarme.

 

— Todo parece ir para bien— le dije.

 

Christopher llegó y se sentó con nosotros. Su rostro era tan lindo, y su rubia cabellera me encantaba.

 

— ¿Cómo está la chica más maravillosa de toda la escuela?

 

Dijo al tomar asiento en nuestra mesa. Estábamos en las mesas del pateo de la escuela. Él colocó una lata de soda frente a mí.

 

— Gracias por ti lindo detalle— sonreí.

 

— Me gustan como pareja, pero me empalagan— comentó Irene.

 

El teléfono de Chris comenzó a sonar por una llamada entrante. Lo revisó y era una llamada de su madre.

 

— Tengo que contestar, las dejo— tomó su mochila y se fue.

 

— Se ve que ha de tener un cuerpazo— dijo Irene—. ¿Ya se lo viste?

 

— No nos sexualices.

 

— Ay, I'm sorry, nena— ironizó—. No digas que no se te antoja.

 

Una chica se acercó a donde estábamos comiendo y dio un manotazo a la mesa.

 

— Tú— dijo.

 

— Hola Cony— dije desinteresada.

 

— ¿Por qué te empeñas tanto en quitarme a Christopher?

 

— Por Dios, Cony, él te dejó hace unos meses porque le fuiste infiel con Declan— dijo Irene.

 

— ¡Eso es mentira!— exclamó— Es culpa de esta víbora que se está enredando con mi Chris bebé. Maldita roba novios, ratera.

 

— ¿Qué dijiste?

 

— ¿No escuchas? Sorda. Eres una maldita ra-te-ra. Y te voy a quemar en redes sociales como una zorra arrastrara.

 

Cony mostró en la pantalla de su teléfono una foto mía donde Declan me estaba levantando la falda.

 

Yo me emputé.

 

Ella presiona un botón de su teléfono, compartiendo la foto en sus redes sociales.

 

— Oops, tengo dedos torpes, lo siento.

 

Ella se fue del lugar.

 

— Me voy a vengar de esa perra— dije.

 

Y había planeado una dulce venganza. Un secreto a voces iba a ser desvelado. Después de unas semanas, había obtenido unas fotos que le mostré a Irene.

 

— Eso es muy fuerte, ¿segura que quieres hacer eso?

 

— Tengo mis motivos.

 

Cuando íbamos en la primaria, una vez una compañera perdió su monedero. Ese día su mamá le había dado mucho dinero, no sé por qué. El chiste es que la bruta perdió su dinero.

 

Después de buscarlo, apareció debajo de mi butaca. Cony en ese momento me llamó “ratera” y todos se burlaron de mí por una semana.

 

Presioné botones por aquí y por allá, y compartí las fotos y videos que había obtenido.

 

Miramos por el pasillo como Cony comenzó a gritar frente a su casillero. Sus amigas intentaban consolarla pero ella sólo gritaba y sollozaba. Todos la miraban raro.

 

Christopher se acercó.

 

— ¿Vieron lo que salió de Cony? Alguien lo compartió— nos mostró su celular.

 

Christopher reprodujo el video donde se ve a Cony robando un collar y unos pendientes de una joyería, y luego unas fotos donde hurtó algunas prendas de una tienda.

 

Cerré mi casillero y caminé por el pasillo, pasando a lado de Cony.

 

— Ra-te-ra— dije.

 

Ella gritó como perra histérica.




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