domingo, 22 de diciembre de 2024

Revenge - T2E6 "Olivias: Vianney"

 Irene y yo llevábamos nuestras charolas hacia la mesa de la cafetería en la que se encontraban las Olivias. Pero al llegar, no nos dieron la más cálida de las bienvenidas.

 

— No puedes sentarte con nosotras— dijo la primera Olivia.

 

— ¿Por qué? Creí que nos estábamos llevando bien…

 

— Porque ahora eres un chiste andante— la segunda nos mostró en su celular el video de lo sucedido en el centro comercial la otra vez.

 

— Eres patética, totalmente patética— dijo la Olivia número tres.

 

Las tres tomaron sus bandejas y se fueron, pero la número uno regresó para volver a colocar su bandeja con comida.

 

— Por si aún tienes hambre, gorda— se rió y se fue del lugar.

 

— ¿Te vas a vengar?— preguntó Irene.

 

— Hoy en mi casa a las siete en punto…

 

Después de días de planificación, contratamos a unos matones para que nos ayudaran a darles un levantón a las Olivias. Las secuestraron y las amarraron en un edificio abandonado en las afueras de la ciudad. Las tres lloraban del miedo, y yo gozaba la vista.

 

— Esto es tan satisfactorio— sonreí—. Ustedes aquí, las interesadas que al final me dieron la espalda. Son unos buitres— gruñí.

 

Tomé una pistola de mi bolso y se la mostré a las chicas.

 

— ¿Qu-qué haces?— tartamudeó número dos.

 

— Ya se la saben, vamos a jugar un jueguito muy divertido llamado ruleta rusa. Sólo una bala, a ver a quién le toca. Vas primero tú, Olivia número uno.

 

— ¡Me llamo Olga!— gritó furiosa.

 

Disparé hacia su rostro, pero ninguna bala salió. Seguía yo, apunté a mi cabeza y nada.

 

— Vas tú, segunda.

 

— Soy Lisset— dijo entre llantos.

 

Presioné el gatillo, pero no hubo disparo alguno. Puse el arma en mi frente, pero tampoco salió la bala. Me puse delante de la tercer Olivia.

 

— ¿Cuál es tu nombre?

 

— Vianney— dijo aguantándose las ganas de llorar.

 

— No, ese no es tu nombre.

 

— ¿Soy la tercera?— dijo tartamudeando.

 

— Oh sí. Y dime— puse la pistola en su cien—, ¿cuál es mi nombre?

 

— ¿Tú?— tragó saliva—. Tú eres…

 

Jalé del gatillo y un estruendo hizo que los pájaros salieran volando, todas quedamos aturdidas, inclusive yo.

 

— ¡¿Qué carajos hiciste?!— gritó uno de los matones de forma desesperada, quien veía todo desde lejos.

 

— Se suponía era asustarlas nada más, el arma no debía tener balas— dije asustada. El arma cayó de mi mano, golpeando en el suelo.

 

— ¡ESA NO ERA!— el chico gritó, casi desgarrando su garganta— ¡¡LA MATASTE!!




No hay comentarios.:

Publicar un comentario