viernes, 4 de abril de 2025

Darren & Glen


Hola, les quiero contar mi primera vez y a la vez pedirles que me respondan a algo que no entendí de esa ocasión.

Primero es importante decirles varios detalles sobre mi: me llamo Darren, desde pequeño siempre he sido consciente de mi atracción hacia los chicos, pero también mi atracción estaba sobre las chicas. Crecer en una familia tan tradicional y con una mentalidad tan retrógrada obviamente me impedía la libertad de estar con chicos, así que comúnmente salía con chicas. Sí, tenía novias. Mido 1.85 m, piel blanca, musculoso y deportista, cabello y ojos castaños y un pene de 18 cm de largo (según una chica que me lo midió), particularmente grueso (no sé cuántos centímetros de grosor). Empecé a experimentar y a salir con chicos para entenderme bien, pero ninguna cita salió bien y no sentí ningún tipo de deseo por alguno de ellos, ni siquiera ganas de besarlos, así que supuse que tal vez no era mi orientación.

Tuve mi primera relación con una chica y así siguió pasando hasta aproximadamente mis 20 años, luego de una larga etapa de asexualidad, tomé el valor de intentarlo de nuevo con los chicos. Había un chico en particular que me llamaba mucho la atención, me lanzaba indirectas a través de chistes como "Flaco desnalgado, gran trozo asegurado" (aunque ahí había una mentira) o en las fiestas siempre que veía que estaba tomado me invitaba a quedarme a su casa (la cual siempre estaba sola, y nadie sospecharía nada ya que siempre estaba perdiendo las llaves de mi casa y él vive en la misma colonia).

En fin, este chico media unos 1,70 aproximadamente, muy buen culo, el cual por su volumen hacía que rompiera casi siempre sus shorts (juega voleibol igual que yo), cabello ondulado un poco rizado, ojos oscuros, una sonrisa hermosa, muy pícaro y atrevido, se le conocía por tener mucha experiencia en nuestro grupo de amigos de la comunidad, pero sin embargo muy discreto en cuanto a sus noviazgo y conquistas (ya que él siempre fue claro con sus gustos y salió de closet a temprana edad); yo en cambio aunque les había comentado a mis más cercanos amigos mi orientación, no había salido públicamente.

En una de las tantas fiestas a las que acudíamos, aproximadamente en 2021, durante la pandemia, por fin lo complací y estuve con un chico, ese mismo día en la tarde antes de salir nos escribimos (como acostumbrábamos para confirmar quién iba a asistir y a qué hora). En fin, entre la conversación de repente surgió el tema de la ropa interior y me envió una foto solamente en ropa interior, estaba de espaldas y se podía ver el tremendo culo que se gasta, fue inevitable el cosquilleo qué sentí en el pene al ver la foto. Quedé impactado, respondí a los minutos diciéndole que le quedaban muy bien esos bóxeres blancos y que no dejaban nada a la imaginación.

"¿Y si me los quito y me pruebo otros?”, me dijo, a lo que le contesto qué no hacía falta, que esos le quedaban perfectos (muy tonto por no entender la indirecta).

"Espera, ya te muestro", dijo y el móvil empieza a sonar por una video llamada, la cual pensé bien antes de contestar, pero a los segundos contesté y vaya regalo que recibí.

Estaba quitándose el bóxer lentamente y yo quedé petrificado, ya era notable el bulto en mis shorts, y para colmo no tenía ropa interior.

"¿Y ahora ves mejor?", me dice descaradamente y no pude evitar masajearme el bulto. Esto era nuevo, me excitaba demasiado y estaba botando muchísimo precum.

"Pero que jamón más rico traes", fue lo único que pude responder, casi balbuceando.

"Me encantaría que te lo comieras algún día", dijo acercándose más a la cámara y agachándose mientras abría las nalgas para mostrarme ese ano tan delicioso. Ya en este punto era inevitable mi erección, seguía masajeándome suavemente el bulto que ya estaba en su máximo esplendor.

"Mi boca disfrutaría lamerte ese culo todo el día", le respondí sin creer lo que acababa de salir de mi boca, él se volteó y me mostró tremenda erección qué también cargaba.

"Mira como estoy de sólo imaginarme ese trozo que cargas. Muéstrame de lo que me pierdo, por favor", me dijo mientras buscaba en su closet un bóxer nuevo, estos eran de un rosado claro, se los puso lentamente mientras me hacía un pequeño baile, estos eran apretados y su culo parecía querer salir de allí como fuera.

Tomé el teléfono y lo moví lentamente para que la cámara enfocara mis shorts qué ya estaban mojados de precum y con la otra mano removí el bulto sobre mis shorts.

"Qué buena funda, ahora quiero ver la pistola", me dijo mientras lamía lascivamente sus grandes labios rosados.

Saqué el pene lentamente y también lo pelé para que notara mi glande rosado y muy mojado, pasé el pulgar y el índice y jugué con el precum frente a la cámara.

"¡Oye Darren!"

Me llamaban desde la calle así que tuve que colgar la video llamada, guardar mi pene así como estaba y atender. Era uno de los chicos que acudiría a la fiesta, me buscaba para ver si estaba listo, se había hecho tarde por mi juego con el otro chico el cual llamaremos Glen (ni había dicho su nombre), le grité desde el balcón que aún no estaba listo y me puse a alistarme.

Mientras me bañaba, no podía pensar en otra cosa más que en ese culo tan delicioso de Glen, lo cual hacía que la bendita erección no bajara. Por suerte el agua fría ayudó bastante, me vestí y terminé de alistarme para salir, a lo que recibí un mensaje de Glen.

"¿Vamos juntos o qué?", decía.

"Claro" respondí sonrojado, cabe destacar que soy muy tímido y no sabría como reaccionar cuando nos viéramos en persona. El problema de tener relaciones con Glen es que él fue novio de otro chico de nuestro grupo el cual es un gran amigo mío, incluso en la actualidad, y eso me impedía alguna interacción sexual con Glen.

Bajé de mi edificio y esperé en la entrada del edificio en el que vivía Glen, cabe destacar que estaba muy ansioso y estaba muy sonrojado, al menos no había más erección por el momento.

"Listo, ¿o esperamos a alguien más?", me dice Glen mientras estaba divagando y me asusté.

"Listo, listo", contesté ansioso.

"Te pedí que vinieras conmigo para comprar juntos el alcohol".

Mierda, dejé la billetera. "Emmm…, olvidé la cartera", respondí.

"No importa, es muy tarde, yo la compro y tú verás como pagarme", me dijo guiñando el ojo.

La fiesta transcurrió normalmente, la pasamos bien todos. Por momentos tuve recuerdos de esa video llamada y tuve que entrar al baño a esperar que se me bajara la erección. Cuando crucé miradas con Glen, él lucía tranquilo, pero yo no podía evitar sonrojarme, por suerte nadie lo notó ya que nadie me lo comentó, aproximadamente a las 5 am, se me acercó.

"¿Te parece si me cobro la deuda hoy?", me susurra.

"La verdad tengo mucha hambre", le contesto pícaramente, aprovechando el efecto de alcohol, luego fingimos que estábamos riéndonos de cualquier tontería para no levantar sospechas.

"Quiero que me lo digas estando solos y me des todo eso que me mostraste en la video llamada", me dice, pero esta vez su aliento se sintió caliente, como una caricia, mordiéndome el lóbulo y caminando fuera de mi vista, yo volteé a todos los lados, pero a este punto la casa en la que era la fiesta estaba llena y nadie parecía realmente interesado en nada más que pasarla bien.

Tragué fuertemente y caminé al baño para que se me quitara el rubor de la cara, ese cosquilleo que sentía en todo el cuerpo era algo nuevo que me encantaba, por fin confirmaría mis sospechas y podría asumir mi sexualidad plena y abiertamente.

A la media hora de lo acontecido con Glen, me busca; yo estaba bailando muy de cerca con una chica y me susurra.

"Hey, guarda un poco para mi", no respondo, me pego más a la chica y me acerco cara a cara con ella como si la fuera a besar, no lo hago, pero volteo a ver a Glen y él muy desgraciado actuaba muy bien ya que no lucía molesto para nada, solo alzó los pulgares como para decirme que estaba triunfando esa noche. Le sigo bailando a la chica y sonaba un reguetón, la pongo de espaldas y le perreo sugerentemente, volteando a ver a Glen disimuladamente cada tanto. Nada, su expresión no revelaba nada. Me cansé del jueguito y dejé ir a la chica con la excusa de que ya estaba cansado, buscó darme un beso y le puse el cachete, la chica estaba muy borracha así que la llevé con las amigas con las que vino y me dirigí a la salida de la casa. En el umbral de la puerta trabo mirada con Glen y le guiño el ojo, este hablaba con otro de nuestros amigos en común.

Salgo del edificio y espero junto a las escaleras, la fiesta era en un apartamento de planta baja. A los minutos aparece Glen, ve a los lados y camina a un punto donde las escaleras tapaban la vista desde la entrada del apartamento hacia donde estábamos, se acerca peligrosamente y nos quedamos mirando un rato que se sintió eterno, el corazón se me quería salir, en cualquier momento cualquiera podían vernos pero aún así, no quería apartarme, en cambio, acerqué muy lento mi cara (el alcohol me había quitado la timidez), con una mano agarré a Glen por la nuca y torpemente le di un beso con todo y lengua, él sabía a sangría y yo a ron, me encantó la combinación.

Él contestó apartándose, viendo a los lados caminando hacia la entrada para ver si venía alguien y viendo hacia la puerta de la casa donde no se observaba a nadie, de pronto se acercó bruscamente, con una mano me agarró el pene sobre los pantalones y la otra la pasó bajo la camisa acariciándome el torso.

"¿Me querías dar celos? No hacía falta, quiero que te menees conmigo, así como hiciste con esa chica", yo no respondí, quedé totalmente congelado viendo a los lados que no viniera nadie, lamiendo mis labios acerqué mi cara, el cerró los ojos esperando un beso y yo quité la cara.

"¿Nos vamos? Realmente tengo mucha hambre", contesté y él que había quedado atónito comenzó a reír haciendo señas a sus llaves mientras las agitaba.

"Tenemos que hacerlo rápido, creo que tendremos compañía".

Caminamos normalmente hacia el edificio donde vive, subimos a su apartamento, él no dejaba de mirarme, puso música en la sala en un volumen alto y, sin titubear, me llevó de la mano a su cuarto. Aún con el alcohol estaba muy nervioso.

"No te preocupes, no va a pasar nada que no quieras que pase", me dijo guiñando el ojo, me quité lento la camisa mientras él entraba a su cuarto y le tomé el cuello con ambas manos, él no paraba de verme a los ojos y lamerse los labios, lo cual me prendió muchísimo, lo intenté besar, pero repentinamente me tomó y me tumbó en la cama, poniéndose arriba de mí.

Comenzó a restregar sus masivas nalgas sobre el bulto que ya tenía entre las piernas, lo hacía lento, a modo de baile, me sentía en el paraíso. De pronto alguien tocaba fuertemente la puerta y yo me descoloqué totalmente, él en seguida se bajó y salió a abrir la puerta, yo corrí hacia el baño recogiendo la camisa que había dejado en la entrada de su cuarto.

Glen no le bajó a la música, así que no logré escuchar quién nos había interrumpido. Esperé unos segundos a que se me bajara la erección y salí a la sala, era uno de nuestros amigos, con el que Glen hablaba antes de irnos; parece que tenían planeado un after ya que venía con una botella.

"¿Seguimos con la fiesta?", preguntó y yo asentí sonriendo. Glen estaba como si nada, merecía un Oscar por lo bueno que es, estaba seguro de que yo estaba sonrojado. Estuvimos tomándonos la botella y haciendo karaoke, yo la verdad tenía mucho sueño, me disculpé y les dije que iba a dormir. Glen y el otro amigo me replicaron y me dijeron aburrido, yo entré al cuarto de Glen y me acosté boca arriba, los efectos del alcohol me hacían sentir pesado y a los segundos caí rendido.

Sentí un peso sobre mis caderas y abrí lentamente los ojos, allí estaba Glen.

"Estamos totalmente solos, ¿aún tienes hambre?", tenía algo en las manos, pero aún no despertaba bien.

"¿Cuánto ha pasado?", pregunté pestañeando para quitarme el sueño.

"Solo unos minutos. Tengo mucha hambre, ¿me das de comer?", me dice jugando con un cuadro de chocolate que al parecer era lo que tenía en la mano, se acercó para que tomara el chocolate de su boca, combinando ese sabor con el del ron y la sangría. Lo compartimos de boca en boca mientras nos besábamos y él se inclinaba sobre mí, al rato paró y se quedó viéndome.

"Camisa afuera", me dice y yo obedezco mientras él me acariciaba. Se sentó sobre mi entrepierna, quitándome la correa, pausó a medio camino y me miró como pidiendo permiso y yo asentí; él se paró y yo levanté la cadera para que me terminara de quitar la correa.

Comenzó a jugar con el bulto que se estaba formando en mi entrepierna, pasando sus manos sobre el pantalón, no paraba de mirarme a los ojos y humedecer sus labios. Me quitó los zapatos y las medias y se quitó la camisa revelando un cuerpo musculoso qué no había notado antes; sabía que el había estado haciendo ejercicio pero no había notado cambios hasta ahora.

Me levanté de la cama, lo tomé de la cintura y lo besé de manera lenta y dulce, sacando el condón que traía en el bolsillo y tirándolo a un lado de la cama. Me acosté trayéndolo conmigo, estando encima de mí le pedí que se pusiera en cuatro y me pusiera las nalgas en la cara, obedeció y yo le empecé a quitar el pantalón que le quedaba muy apretado, rogaban a gritos salir de esa prisión de tela. Solo quedó vestido con medias y los bóxeres qué traía eran los rosados claros que me había mostrado en la video llamada.

"Que rico culito traes bro", le digo dándole besos sobre el bóxer y el empezó a gemir, puse mi pulgar sobre la tela donde estaba su ano y comencé a masajear.

"¿Te gusta?", le pregunté mientras él asintió arqueando mucho su espalda y acercando sus nalgas a mi boca, con mis manos comencé a jugar con sus pezones y me prendí un montón al escucharlo gimiendo.

"¿Puedo?", le digo tomando los bordes de sus bóxeres, ansioso de por fin probar ese enorme culto.

"Por favor, papi", se me aceleró demasiado el corazón, esa frase me prende muchísimo y él lo sabe por conversaciones que habíamos tenido en el grupo de amigos sobre fetiches y gustos.

Sin mas preámbulos, le quité esos bóxeres rápidamente y se los bajé hasta las rodillas. Con una mano agarré su pene que estaba muy duro y lo empecé a masturbar mientras con la otra acariciaba sus nalgas y comencé a lamer su ano a un ritmo lento mientras él no paraba de gemir y me empezaba a besar los pies, con los dedos abrí su ano para ver por dentro y sin pensarlo dos veces, comencé a escupir allí adentro, él abría y cerraba el ano y se movía mucho, se notaba que lo disfrutaba.

"¿Puedo...?"

"Haz lo que quieras", me responde sin dejar que terminé de preguntar, y yo comencé a meter mi índice en su ano lentamente, lo saqué y lo metí mientras él gemía fuertemente, metí el índice dándole vueltas y él se tenso.

"Más, más, sigue así", con la otra mano lo seguí masturbando y su pene estaba realmente caliente. Realmente estaba aquí y estaba haciendo gemir a un chico.

"Espera, para papi", me dice y se levanta, quitándose el bóxer y quedando completamente desnudo apuntándome con esa tremenda erección que cargaba.

"Yo quiero ver esa carne, quiero tocarla, la quiero en mi boca", puso sus manos sobre los lados del pantalón y me miró como pidiendo permiso, yo solo asentí poniendo mis manos detrás de mi cabeza y él me los quitó, los lanzó hacia la puerta. Me miró a los ojos y luego miró el gran bulto que se hacía sobre mi bóxer, le dio unos besos y se inclinó al borde de su cama, mientras se masturbaba y me besaba el pene sobre la tela del bóxer. De pronto paró y miró sonriendo las manchas de precum que había sobre la tela del bóxer y las comenzó lamer lento, viéndome a los ojos. Yo estaba totalmente fuera de mi.

"¿Te la vas a comer o que?", le dije lamiendo mis labios.

"Se me antoja muchísimo", respondió, y tomé con mi mano su cabeza y la frote sobre mi bulto, masturbándome con su boca y llenando mis bóxeres de su saliva.

"Hora de comer entonces", le dije soltando su cabeza y bajando mi ropa interior y lanzándola, liberando por fin mi pené y al ver la reacción de Glen entendí que el tamaño y el grosor cumplían sus expectativas. Él quedó en blanco, no decía nada ni me veía a mi, solo me veía el pene y se masturbaba.

"No seas tímido, tengo que pagarte la botella de licor", le dije guiñándole y él estalló en carcajadas.

"Vaya, como cambias en la cama, ¿no?", me dijo posando sus dos manos en mi pene, liberando lo del prepucio y bajando suavemente, yo dejé escapar un gemido y no podía evitar verlo con expectativa.

Puso una mano sobre otra y aun sobresalía el glande y un poco del resto del pene.

"Así que estaba en lo cierto sobre este pedazo de carne", dice aun sin verme, solo veía mi trozo atentamente y comenzó a masturbarme, dando vueltas con ambas manos.

"Quiero sentir ese culo", le digo y lo hago sentarse sobre mí, poniendo sus nalgas sobre mi pene. Hago que se incline para besarlo mientras con una mano lo acomodaba para frotar mi pene entre sus nalgas y con la otra empecé a masturbarlo. Él reaccionó gimiendo sobre mi boca y yo movía mis caderas para frotar mi pene entre su enorme trasero.

"Quiero comerte todo ese salchichón", me dice.

"Y yo quiero comerte ese enorme jamón", le digo riendo y comenzamos a hacer el 69, yo estaba totalmente fuera de mi, desenfrenado y hambriento. Él comenzó a pasar la lengua por la cabeza del pene, saboreando todo el precum que estaba botando mientas se masturbaba.

Al rato comencé a meter el dedo medio en su ano y el no paraba de gemir.

"¿Todo bien?", pregunté parando.

"Voy a acabar si sigues así papi, no pares", me responde entre gemidos. Dejando de succionar, hago caso y ahora comienzo a meter suavemente el pulgar en su ano. Él había dejado de hacerme el oral y no paraba de gritar que quería más, espero que nadie haya escuchado por la música que estaba alta.

"Voy a acabar, coño. Mete dos dedos", me dice y obedezco metiéndome primero los dedos a la boca.

"Más profundo. Ah… qué rico… más, más…", me dice fuera de control. Metiendo más mis dedos, él mismo mientras movía las caderas, acabando a los minutos sobre mi abdomen. Sentí esa lluvia caliente caer bruscamente y esperé su reacción, él no reaccionaba así que comencé a darle nalgadas, lamer y mordisquear su trasero, hasta que éste se inclinó para lamer su semen de mi abdomen.

De pronto se levantó y me tomó del cuello, frotando cariñosamente sus pulgares sobre mi quijada, acercó su cara y abrí mi boca para besarlo. Algo tibio llenó mi boca, era su semen el cual estaba compartiendo con nuestras lenguas hasta que habíamos tragado todo. Lo aparté para poner su cara con mis manos sobre mi verga, a lo cual él respondió comenzando a succionarla lentamente, mientras me veía a los ojos lo que me prendía muchísimo.

"Quiero que te la comes toda", le dije mientras él llevaba poco más de la cabeza de mi pene en su boca.

Él comenzó a engullir más y yo comencé a controlar bien mi respiración para durar más tiempo, él lo notó y súbitamente metió mi pene hasta la mitad en su boca, lo cual respondí con un "Oh por Dios. Toda, cómetela toda, por favor". Él la sacó y comenzó a jugar con su lengua, pasándola lentamente por todo mi miembro, luego comenzó a chupar mis testículos y masturbarme con ambas manos.

"Oh por Dios, sí…", dije arqueando mi espalda y poniendo los ojos en blanco.

"¿Te gusta?", me dice.

"Mucho", le contesto.

"Perfecto, ésto te va a gustar más", antes de contestarle mete de golpe todo mi pene en su boca y yo me arqueo de placer.

Se notaba su experiencia metiendo y sacando su boca, llenándome todo de su saliva y con los ojos llorosos.

"Está enorme, amigo, pero no creo que la puedas meter", me dice de repente y yo me corto un poco.

"¿Sucede algo?, tengo un condón si es lo que te preocupa".

"Lo siento, no me hice el lavado anal y no quiero arruinar esto tan bueno que estamos teniendo", responde. Estaba contadísimo, al lamer su ano no sentí ningún sabor extraño. ¿Estaba mintiendo?, no entendía pero quería seguir, quería más.

"¿Qué podemos hacer entonces?", le pregunté algo molesto.

"Oh, sin duda te voy a hacer acabar solo que no va a haber anal hoy", me respondió y sin titubear tomé su cabeza y lo puse a ahogarse, estaba molesto y no entendía, pero tenía que acabar.

Él no hizo nada, dejó que lo guiara con mis manos y moviera su cabeza, ese sonido al ahogarse me encantaba.

"Que puta eres", le dije tomándolo por su cabello y acercándome para besarlo. Esta vez era más fuerte y brusco, él temblaba, ya que como noté estaba erecto de nuevo y se estaba masturbando.

"OK, ahora a comer", le dije, llevando su cabeza a mi pene de nuevo. Apretaba sus mejillas fuertes y luego lo tomaba el cabello para hacer ese vaivén en el que mi pené entraba y salía de mi boca. Estaba frenético, usaba mis caderas para meter más profundo mi pene y él se limitaba a apartarme cuando le faltaba el aire.

"Ya me vengo, me vengo", anuncio mientras me tambaleo y me retuerzo.

"La quiero toda dentro de mi boca", me responde y tomo su cabello para acabar allí, el semen se escapaba de su boca, un poco cayó en su cama y había más que goteaba por su boca. Lo tome y lo acerqué para compartir mi semen mientras nos besábamos, con la mano tomé todo el semen que bajaba por su barbilla y lo metí en su boca, otro poco que estaba en su pecho lo tome con el pulgar y lo metí también en su boca, dándole un último beso antes de apartarme.

"Voy a bañarme, ¿me prestas una toalla?", le digo y me señala su armario donde tomo una, así desnudo tomo mi ropa y me dirijo al baño. Mientras me baño, pienso en lo ocurrido y no entiendo porque no se dejó penetrar. Me visto, voy a su cuarto a despedirme y allí estaba masturbándose de nuevo, yo le hago una seña y me voy. Hubo una segunda vez que con gusto les contaré dependiendo de cómo tomen esta primera historia. Aún hoy día no entiendo qué pasó, estoy seguro de que él sí se había hecho el lavado. He llegado a la conclusión de que no quiso por el grosor de mi pene. Actualmente no somos amigos, no por lo ocurrido ese día, sino por varios problemas que tuvimos por su personalidad de mierda.




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