Era lunes, teníamos cambio de hora por lo que fui a mi casillero por mis libros para las próximas clases. Me acerqué, puse la combinación y lo abrí. De allí, cayó una carta directo al suelo, la cual me asombró y pues tomé del piso.
— ¿Y eso?— dijo Josh, asomándose con curiosidad.
Abrí el sobre de la carta, de esta cayó confeti. La leí y me quedé boquiabierto sobre lo que decía.
— Es una confesión de amor— dije perplejo.
— Déjame ver eso— Joshua arrebató la carta de mis manos y la comenzó a leer—. No puede ser, ¡se te están confesando!
— Pues parece una chica linda— sonreí—, mira los corazones en sus "i"— señalé el texto—, además de que está perfumada con esencia de fresas.
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