lunes, 8 de abril de 2024

M.A.P. estrena sitio web + Confirmación de futuros estrenos

 El día de ayer, 7 de abril, Miss Artistas Perfectos Series estrenó oficialmente su propio sitio oficial. ¡Así es! M.A.P. lanzó un sitio junto a Wix donde permite ver el catálogo de todas sus producciones originales (junto a aquellas co-producidas con XYZ).

¿Qué trae este nuevo sitio web? Te permite explorar el catálogo de M.A.P. organizado por diferentes parámetros, como los más recientes, las series que se encuentran en transmisión, y la colección de universos, además de temáticas especiales.

Todos los episodios podrán ser encontrados, junto a los enlaces de dónde se pueden encontrar (Wattpad o Blogger), organizando los episodios por temporadas, además de poder encontrar secciones con temáticas especiales, como festividades (Navidad o Halloween), estrellas invitadas, crossovers y demás.

Además, de poder encontrar las galerías de los personajes para que puedas conocerlos.

Este nuevo sitio se une a las páginas de Blogger (sí, aquí donde estás leyendo) y los Wikis de cada serie como las fuentes de información de las producciones de M.A.P.

VISITA EL SITIO AQUÍ






Pero las noticias no acaban ahí, ya que este nuevo lanzamiento trajo una sorpresa, y es que un apartado incluyó ¡los próximos lanzamientos!

Así es, ya había sido lanzado el sitio cuando en la noche se actualizó agregando un nuevo apartado con todas las series y películas confirmadas a estrenar en M.A.P. Entre ellas, vemos las películas ya confirmadas "Royal Detective", "Find Me Under Tipton Bridge", "Zimzalabim" y "Crystal Princess".

Así mismo, se encontraron las series "Kyltt", "Maybe It's Not Our Fault", "Dick Dick Dick" y "Carpool", además de hacer el anuncio oficial de dos nuevas series: "Hotel Buena Vista" y "Ballad of an Everlasting Boy", esta última debutando su logo oficial. ¡Sí! Nuevas producciones.

¡Estamos emocionados por todo lo que se viene en este nuevo sitio!

lunes, 15 de enero de 2024

Unexpected - T1E3 "¿Suplantaste a tu amiga?"

 Estaba en la casa de mis padres, ellos veían la televisión mientras yo les cocinaba algo especial para ellos. El timbre suena y mamá va a la puerta a abrir.

— ¡Hija, qué alegría! Pasa, pasa.

Escuché la puerta cerrarse y una voz acercarse. Me sequé las manos y me acerqué a ver quién era. Y ahí estaba Zoey.

— Hola amiguita— sonrió, levantando una bolsa con latas de cerveza en ella.

— ¿Cómo está mi hija no engendrada por mí favorita?— habló mi mamá.

— Muy bien, traje algo para usted— Zoey le entregó una bolsa de regalo.

— ¡Wow, Zoey, te luciste!— mi madre sacó unas cremas de la bolsa— Son de las que me gustan.

Mamá se fue feliz con su bolsa de regalo.

— Escuché que hay regalos— dijo mi padre.

— Papá, no seas materialista— dije.

— Cállate Hailey— me miró feo mi bestie—. Señor Jefferson, le traje los strings que tanto le gustan— le susurró a mi papá.

— Amanda va a estar feliz de que lo estrenemos hoy en la noche— dijo papá feliz, recibiendo una bolsa que Zoey le dio.

— ¿Le diste tangas a mi papá?— dije indignada.

— Créeme, peor fue para mí imaginármelo usándolas.

***

— ¿Cómo te fue en la cita a ciegas?— preguntó Zoey.

Ella y yo estábamos sentadas en la terraza, tomando unas cervezas.

— Te odio, maldita blanca privilegiada— la fulminé con la mirada.

— Uy calla, stan Twitter— le dio un sorbo a su lata—. ¿Qué te dijo? ¿Era guapo?

— Ahhh... pues dos tres— me rasqué la nuca.

— ¿Tenía buen cuerpo?

Mija, creo que te puedo decir que tiene el cuerpo tan trabajado que ese hombre tiene unas chichis más grandes que yo.

— Si estás tan interesada en saber quién era, ¿por qué no fuiste tú?— me quejé.

— Sabes qué pasó la última vez. La cita fue con un hombre negro y yo parecía mamá soltera necesitada de que me rellenaran las entrañas. ¡Y no pude caminar por una semana! ¿Recuerdas que hasta estuve en silla de ruedas?

— Recuerdo que no podías retener la comida por más de diez minutos. Te lo metieron muy profundo y terminaste muuuy abierta, no entiendo cómo permitiste que te lo hiciera por atrás— dije.

— Esa vez estaba necesitada. Vi la oportunidad y me monté en ella— dijo—. Ahora estoy en proceso de recuperar mi virginidad para poder ascender al reino de los cielos cuando llegue mi hora, debo de redimir mis pecados. No podía permitir que otro hombre me revolviera los intestinos, luego la tienen muy larga.

— Seguro el de ayer la tiene chiquita— mentira, se la vi y vale la pena.

— ¿Fuiste la perra despreciable que nadie quiere volver a ver?

— Me dijiste que fuera la zorra, ¡le dije que venía de una orgía! Casi casi le digo que aún me escurría la leche— le reclamé.

— Pues abajo tal vez, porque arriba nomás leche en polvo has de tener— bromeó.

— ¡Hey, no ofendas a Tania y Sofi!— le di un leve puñetazo en el brazo.

— Y... ¿qué hay con Anya?— preguntó mi amiga.

— Pues nada, no he querido verla— miré hacia el cielo—. Sigue llamando pero no tengo intención de contestarle.

— Ya sabes lo que dicen, las relaciones de la preparatoria nunca terminan juntas. Me sorprende que hayan durado más de diez años juntas. Lit fueron la única pareja que han tenido, bueno, hasta donde sabemos— dijo con un tono burlesco—, seguro quiso probar algo nuevo después de comer toda su vida el mismo coño.

— No ayudas, Zoey...

— Debió ser horrible encontrar a quien amas recibiendo un pene de verdad y no uno de plástico que te amarras con una correa— bromeó.

— Cállate, que esa claramente serías tú. ¿Ya olvidaste al castaño ojiazul de la última vez?

— Sabes que yo soy un alma libre, me meto con quien quiero cuando quiero. Ese tipo estaba traumadito pensando que había algo entre nosotros— se defendió Zoey.

— Mujeres, todas son iguales. Mentirosas infieles— la fulminé con la mirada.

— Tú eres mujer también.

— ¡Yo soy diferente!

***

Me encontraba en el minisúper cerca a mi casa comprando algunas cosas. Veía en el pasillo las diferentes toallas femeninas, comparaba marcas porque necesitaba ahora que se aproximaba la visita de Andrés.

— Esas tienen alas, como las que me diste al hacerme creer que estaba en el cielo— dijo una persona que estaba en el pasillo.

— Lo dices como si la mala hubiese sido yo— respondí sin voltear a ver.

— Sabes que una relación es de dos— se acercó a mí.

— ¿Me quieres echar la culpa?— volteé a verla— Yo no fui quien traicionó la confianza de la otra al acostarse con un hombre, ¡UN HOMBRE!— me fui directo a la caja para pagar.

— Pero, podemos arreglarlo, podemos estar en una relación abierta— ella me perseguía por detrás—, ¿has escuchado hablar del poliamor?

— ¿Poliamor? Para tu información, ¡esas cosas se acuerdan con anticipación! No se tiene que enterar uno cuando ya tienes media verga adentro— le grité. Comencé a poner las cosas que llevaba en la caja de cobro.

— Vamos, podemos arreglar esto, hemos salido de varias. Compréndeme, tenía la necesidad de probar algo diferente, necesitaba complacerme. Te lo dije muchas veces pero nunca aceptaste.

— Y debiste respetar mi decisión, o de plano hubieras cortado conmigo antes de hacer tu desmadre. Pero no, preferiste ser infiel Anya— reclamé.

— No me digas así. Por favor, perdóname, bebita fiu fiu...

— Jamás me vuelvas a llamar así, arpía— dije furiosa, mirándola con coraje.

— Son $29 con 85¢— dijo el cajero mientras masticaba un chicle.

— Esa golfa paga— tomé la bolsa con las cosas y salí de la tienda en putiza.

— Son $29 con 85¢— volvió a repetir el chico.

Anya giró los ojos enojada y sacó su cartera de mala gana.



lunes, 1 de enero de 2024

Unexpected - T1E2 "¿Lo cargaste a su cuenta?"

 Miraba mi reflejo en el espejo del baño. Quería esconderme. No quería afrontar la situación.

— Maldita Zoey— susurré.

No sé si vi mal y en verdad ese era el hombre que estaba desnudo conmigo en la cama. Ay, no me puedo imaginar lo que pudo haber pasado allí. Dos personas adultas desnudas en un motel, no creo que hayamos ido a cotorrear, sino a coitorrear.

— Hazlo Hailey— dije al espejo—. Sé la zorra cansona que nadie quiere volver a ver para que no quiera volver a saber sobre ti en su vida.

Acomodé mi cabello, tomé mi bolso y salí del baño, caminando empoderada, como Gigi Hadid en pasarela de Victoria's Secret, meneando mis caderas de lado a lado. Tan pronto lo vi, él también levantó la vista, haciendo que nuestras miradas se cruzaran. Me petrifiqué.

Retrocedí y me escondí detrás de la pared. Respiré hondo, me calmé y volví a agarrar el pedo.

Caminé como potra caballota hacia allá. Él miraba su teléfono por lo que no me notaba. Llegué con paso firme, dando taconazo, y lancé mi bolso a la mesa, para llamar su atención. Él se exaltó, dando un micro brinco. Mi bolsa se abrió así que, con manos torpes, tomé las cosas desperdigadas y las metí. Mi labial había rodado hacia el suelo así que rápidamente me agaché, lo tomé y, al querer levantarme, me metí un putazo en la mesa, sonando un fuerte golpe. Me aguanté el quejido de dolor y recuperé la postura para guardar el labial y ponerme la mano en la cadera, posando.

— ¿Qué no me vas a acomodar la silla?

— ¡Claro! Lo siento.

Él se levantó rápidamente y jaló la silla para que yo pudiese sentarme, después la acomodó para que pueda estar cerca de la mesa.

— Era lo mínimo que tenías que hacer y lo hiciste mal— dije. Miré desganada hacia otro lado.

— Lo lamento, me has agarrado desprevenido con todo lo que sucedió— me respondió.

— Anyways, ¿te vas a presentar? Ni siquiera me dijeron cómo te llamas— y no mentía.

— Soy David Heughan, mi padre es el dueño de TKS Industries.

El hombre tomó mi mano para darme un beso pero cuando la tenía cerca de sus labios, muevo mis dedos y le doy un manazo en la boca.

— Oopsie— apreté los dientes—. Lo siento, los nervios. Es que tengo pulso de maraquera— solté una risita fingida.

Él se relamió sus labios y luego llevó sus dedos a éstos y los sobó delicadamente. Sus carnosos y rosados labios. Dios mío, ¿acaso esos labios estuvieron en los míos? ¡Ni siquiera sé si en los de arriba o los de abajo!

Recuerda Hailey, zorra insoportable.

— Tú debes ser Zoey Hemsworth— sonrió.

— Perdón, creo que escuché mal, ¿cómo mencionaste mi nombre?— dije con voz chillona.

— "Soy"— repitió.

— ¡Ja!— arrugué la nariz— ¡Pero qué falta de respeto la tuya!— lo señalé— ¿Qué a caso no te diste la tarea de investigar con quién ibas a tener una cita?— bufé.

— Tú ni siquiera sabías mi nombre— habló por lo bajo.

— Mi nombre es con "Z", zzz— dije—. Repite después de mí. Zzz.

— Sss— dijo él.

— ¡Como abeja! Zzz.

— Zzz.

— Además, no es "Zoy". Ay, qué irrespetuoso. Es "Zowy".

— ¿"Zowy"?— estaba confundido.

— Sí, "Zowy" Hemsworth.

— ¿Qué te parece si ordenamos?— tomó un menú.

— ¿Qué te parece si nos brincamos al postre?— comencé a tallar mi pie en su pierna, acariciándola.

— ¿Sin siquiera comer la entrada?— se rió.

— Mis labios quieren acción, y no los de arriba— le guiñé un ojo—. Ya ha pasado tanto desde la última vez que alguien los ha consentido.

— ¿Cuándo fue la última vez?— levantó una ceja.

Echándole cuentas y haciendo memoria: ayer, cuando nos acostamos.

— Hace una media hora, ¡por eso llegué tarde! Fue un squirt laaargo— sonreí forzosamente.

— Ah, qué bien— apretó los labios—. Pareces disfrutarlo.

— Me encanta. Tania y Sofi hacen un gran trabajo.

— ¿Quiénes son esas?

— ¡Mis nenas!— acaricié mis pechos— Hace poquito crecieron, cada una de estas chicas está asegurada por $100,000 dólares. Y les encanta hacer rusas— me lamí los labios.

— Suena interesante— él se rió.

Maldito, quiero que te incomodes, no que te excites. Demonios, tendré que usar medidas drásticas.

— Sí, y es que, nos encanta sin globo. Así sentimos más piel a piel. Sólo hay un pequeñísimo detalle— hice un además con las manos.

— ¿Y cuál es?

Me acerqué un poco a él sobre la mesa. Él hizo lo mismo.

— Ya me infecté— susurré.

— ¿Es en serio?

— Sí— asentí con la cabeza—. Soy orgullosamente portadora del sida, por eso sólo lo hago sin condón. Si lo quieren hacer conmigo, tendrán que demostrarme su compromiso.

— Entieeendo— él se echó para atrás.

— Pero sabes, me meto con hombres sólo cuando necesito que me hagan cosquillas, porque soy lesbiana, y me he metido cosas tan grandes por todos los hoyos que sus miembros apenas y los siento— dije.

— Eso es mucha información— sonrió nervioso.

— Entiendo si no quieres volver a saber de mí en tu vida, y mira, yo tampoco quiero volver a verte, entonces, me voy.

Me levanté de la mesa dispuesta para irme, pero él me sujetó de la muñeca, deteniéndome.

— Espera, tengo algo que decir.

— Bien, te escucho— volví a tomar asiento.

— Está claro que no estás interesada en mí, lo cuál es bueno porque con eso que me contaste cero me atrajiste.

— ¿Disculpa?— dije indignada.

— Ambos estamos aquí en esta cita arreglada porque nuestras familias quieren unir sus fuerzas económicas— dijo—. Mi papá, más que nada, me está presionando a contraer matrimonio. Yo por ahora, no quiero.

— Pero si te ves bien ruco, parece que vas a llegar a tus 50's.

— 40's, de hecho— me corrigió.

— Te está dejando el tren— bromeé.

— Como sea. No eres la primera mujer con la que tengo una cita arreglada, pero sí eres la primera que no muestra interés en una relación, lo cuál me conviene por mi desinterés por la misma.

— Ve al grano.

— ¿Te quieres casar conmigo?

— ¿Eh?— dije desconcertada.

— Digo, para seguir evitándonos estas molestias, hay que casarnos para ya calmar a nuestras familias, y que cada quien viva como quiera durante el matrimonio. ¿Te parece la propuesta?

Lo miré feo. Debía seguir en mi papel que me aseguraría un Oscar.

— ¿Yo casarme con alguien como tú? Eww— me metí el dedo a la boca—. Yo no quiero estar a lado de alguien como tú, me das... cosita.

Y no era mentira, sentía incomodidad por todo esto. Me levanté de golpe.

— Te dije que no quería saber nada de ti en la vida, no quiero que te me vuelvas a cruzar por enfrente nunca más— y mentira no era—. Motivos personales tengo— el haberte visto desnudo— así que, jamás, pero jamás me busques. ¿Entendiste? Dile a tus papás que sigan participando.

Di vuelta por la izquierda pero choqué con una camarera, tumbándole su charola al suelo, rompiendo toda la loza que ella traía.

— ¡Agréguenlo a su cuenta!— señalé al tipo.

Corrí hacia la salida pero por las zapatillas altas, a las que no estaba acostumbrada, me tambaleé y caí al suelo, no sin antes pasar a tumbar una estatua que estaba allí, rompiéndose en mil pedazos al estrellarse contra el suelo.

— ¡Eso también!— volví a señalar al tipo.

Me levanté como pude, me quité los tacones y corrí hacia la salida con los zapatos en mano.



lunes, 18 de diciembre de 2023

Unexpected - T1E1 "¿Dormiste con un extraño?"

 Desperté. La luz de la mañana encandilaba mis ojos con los rayos del sol atravesando la ventana. Escuchaba el cantar de las aves. Pegué tremendo bostezo y estiré mis brazos. Mi cabeza me dolía un poco, jaqueca o algo así. Aún encandilada, me levanté y cerré las cortinas para que dejase de pegarme el sol en la cara. Volví a acostarme.

Me acurruqué y cerré los ojos para poder seguir durmiendo. En mi cabeza hice una imagen mental de lo que había visto en la recámara. Algo me estaba brincando.

Abrí los ojos y veo junto a la cama una silla muy peculiar: era de esas curvas, de motel. Vi a mi alrededor y me di cuenta de que esa no era mi habitación, sino un lugar desconocido.

Me levanté de golpe y razonando, giré mi cabeza lentamente. Brinqué del susto al ver que había un hombre acostado a lado mío.

Era pelinegro con barba, su grande pecho estaba a la vista. Levanté un poco la sábana y vi que se encontraba desnudo, dejando ver una morning wood. Me petrifiqué al darme cuenta que yo también me encontraba desnuda, no me había caído el veinte.

Dios mío, Hailey, ¿qué hiciste?

Asustada, busqué por mi teléfono que estaba en el suelo junto a mi ropa. Sin hacer mucho ruido, comencé a vestirme con desesperación y sólo me até el cabello con una liga. Ni quise ir al baño para evitar que aquél hombre despertase.

Una vez lista, salí de esa habitación. Caminé por el pasillo hasta la salida, cubriéndome el rostro con la mano para que los de recepción no me viesen. Aunque claro, seguro me vieron cuando llegué aquí.

Salí de ese lugar y vi que era nada más y nada menos que un motel. Confirmé mis sospechas. O sea, ¿me trajo aquí y ni fue para llevarme a algo más decente? ¡Uno no sabe cuántos fluidos hay en esas camas! Ay pero por el amor del Señor todo poderoso, ¿cómo es que yo me fui a meter con un hombre a la cama?

Caminé unas cuantas cuadras y tomé un taxi. No iba a tomarlo en el mero lugar donde estuve, no quería quemarme.

Al subir, un mensaje me llegó, citándome a un café hoy por la tarde.

***

— Hola, mejor amiga del mundo— dijo la rubia.

— Comienzo a sospechar que no me invitaste por cortesía— le contesté.

— Por Dios, Hailey, casi vivo en tu casa, verte aquí es avaricia— contestó.

— ¿Y por qué estamos aquí?

— Quiero saber cómo estás por lo sucedido con Anya.

— Ay, Zoey, pues ese cuento estuvo muy fuerte— tomé un poco de mi café—. Las sospechas eran ciertas. Ella me estaba engañando con un hombre. Dijo que quería experimentar y que creía ser bisexual. ¡Inclusive en un momento dijo pensar estar confundida y que tal vez no era lesbiana!— exclamé.

— Ay, con razón la desgraciada te proponía intentar un trío con un hombre. Era tan insistente con eso— dijo mi amiga.

— No le bastaban los de plástico.

— Qué desagradable que te fuera infiel— comentó Zoey.

— Me dejó cuernuda— dije haciendo una mueca.

— Mira el lado positivo, en Navidad sólo te faltará la nariz roja— bromeó la rubia.

— Mamona— la fulminé con la mirada.

— Tendrás una verdadera razón por la que me digas así porque necesito un favor— jugó con sus dedos.

— ¡Sabía que era mucha amabilidad!— recriminé.

— Necesito que vayas a una cita a ciegas por mí— dijo.

— Ay no, Zoey. Ya no quiero ir a ese tipo de cosas. Dile a una de tus amigas bonitas o empleadas que vaya en tu lugar.

— Lo haría, pero luego les terminan gustando los hombres a los que van a ver, ya sea por su físico o por su dinero. Y tú eres la única persona que conozco que sé que no se fijará en ninguna de esas dos cosas— ella me guiñó el ojo.

— ¿Es porque soy lesbiana?— arqueé una ceja.

— Tal vez...— susurró.

— Ay gracias por pensar en mí, qué considerada, me alagas— ironicé.

— ¿Entonces sí vas?

— Qué molestia, ya deberías ir tú a ese tipo de cosas— dije con una galleta en la boca.

— No quiero ir a citas donde pretenden atarme a un matrimonio arreglado por intereses económicos, yo quiero que sea amor de verdad— dijo con unos ojos acaramelados.

— Entonces dile a tu papá que no quieres ir.

— Hasta parece que no lo conoces. Es bien insistente con eso— se quejó.

— Pues ve a la cita y arruínala tú misma para que no ocurra algo más— me dije.

— Pero tengo mucho trabajo, es el sábado por la noche y debo terminar de hacer papeleo, además no quiero ir— hizo un puchero.

— Tendrás que comenzar a resolver tus problemas tú sola, Zoey— tomé un sorbo de mi café.

Zoey buscó algo en su bolso y lo colocó sobre la mesa, deslizándolo hacia mí. Vi lo que era y luego volteé a verla, ella sonreía.

— ¿Quieres comprarme acaso?— levanté una ceja.

— En serio no quiero ir, Hailey.

— Agrégale otro cero y trato hecho.

Zoey aplaudió de felicidad y tomó el cheque para agregarle otro cero a la suma que me había ofrecido.

***

Era la noche del sábado. Zoey me había enviado a un salón de belleza para que me arreglaran para la ocasión, y de allí un auto me llevaba al restaurante donde sería la cita.

"Recuerda el plan que vamos a seguir". Leía en los mensajes que ella me había enviado.

"Haremos la táctica de la niña ricachona hija de papi castrosa y zorrilla".

"Si es necesario, sé asquerosa".

"Haz que te repudie y no quiera volver a saber de ti nunca más. O bueno, de mí. Mejor que no quiera saber de ambas nunca más".

— Ni siquiera me has dicho su nombre— envié por mensaje de audio.

"Ni yo me acuerdo de cómo se llama. Di tu nombre y te van a llevar con él. Bueno, mi nombre. ¡Tú sabes!" Envió por mensaje.

El auto se detuvo y me dejó en la entrada del afamado restaurante. Bajé y entré al lugar, muy elegante por cierto. Caminé hasta donde estaba la recepcionista.

— Hola, tengo una reservación a nombre de Zoey Hemsworth.

— Claro que sí, señorita Hemsworth, por aquí.

La chica me guió hacia donde estaba mi mesa, mientras yo miraba fascinada al rededor. De todos los lugares a los que había ido a suplir a Zoey, este era el más bonito. Lastima por las razones de las que estoy aquí.

— Esa es su mesa, el caballero la espera— la recepcionista señaló la mesa donde la cita de Zoey se encontraba sentado.

Díganme que me falla la vista.

Me exalté. Pegué un brinquito al ver al hombre. Sentí una sensación que recorrió mi cuerpo de arriba hacia abajo. Mi piel se puso de gallina y mis dedos temblaban.

— ¿Está usted segura?— le pregunté a la chica.

— Ehhh, sí. Es el único comensal— respondió.

Miré al rededor. No me había percatado que no había otra persona en el área. Yo estaba espantada, no sabía que hacer.

— Creo que ya me acosté con él— susurré para mí.

Era el hombre que hace unos días había amanecido a un lado mío, desnudo en la cama, en aquél motel de mala muerte.

— Disculpe, ¿qué dijo?

Abrí los ojos como platos al darme cuenta que la chica había escuchado lo que dije.



domingo, 3 de diciembre de 2023

Revenge - T1E6 "Quentin"

 Había terminado la clase de gimnasia. Estaba cambiándome en los vestidores. Yo me encontraba en toalla, pues había salido de bañarme.

 

— Irene, ¿has visto mi ropa?

 

— ¿No estaba en tu crasillero?

 

— Sí pero… no está ahora.

 

En eso, un chico pasa corriendo y me empuja, haciéndome caer al suelo y que la toalla se me cayera, dejándome al desnudo. Él y otro grupo de chicos me veían y se reían de mí, mientras unos se tomaban fotos.

 

— ¿Buscabas esto?— señala mi ropa, la cuál él tenía— Te ves muy bien desde acá arriba, donde siempre estoy.

 

Choca los cinco con otros machitos y se van del lugar. Malditos. Apreté los dientes con rabia.

 

Durante la noche, Christopher y yo entramos al gimnasio mientras que Irene vigilaba la puerta. Hice que Chris se subiera a una de las sogas de escalar y cortara el lazo para que se pudiese romper con facilidad.

 

Hace unos años, un día estaba en el parque de juegos. Mi madre fumaba un cigarro por ahí mientras que yo estaba en los columpios. Quise subir a la resbaladiza, y cuando estaba en la cima, un niño mimado llegó por atrás diciendo que yo no podía estar allí por gorda y que parecía pobre.

 

— Sácate, albóndiga.

 

El niño me empujó, no por la rampa, sino por al lado, haciéndome caer al suelo. Me golpeé fuerte la cabeza y se me abrió, desangrándome.

 

— Yo siempre estaré arriba mirando la basura de abajo— dijo, sacándome la lengua.

 

Algunas madres me veían raro, y mi mamá tardó varios minutos en ir a verme. Se encontraba ocupada en el tabaco.

 

Al día siguiente en la escuela, Quentin y yo teníamos que hacer una carrera en las sogas para ver quién lo hacía más rápido. El entrenador hizo sonar el silbato y comenzamos a escalar.

 

Ambos estábamos muy arriba, cuando la soga de Quentin tronó y él cayó al suelo. Yo soné la campana de la cima.

 

— Ahora estás abajo y yo estoy arriba.

 

Bajé de la cuerda. Vi que un charco de sangre se había formado en el suelo. Quentin se había abierto la cabeza. Lo llevaron al hospital de inmediato.

 

— No puedo creer que esto provocó que Quentin se lastimara— dijo Irene preocupada.

 

Yo me agaché y embarré mis dedos con la sangre de Quentin. La olí.

 

— Me gusta esto…




domingo, 26 de noviembre de 2023

Revenge - T1E5 "Señora Parker"

 — Oye— mi maestra me llamó la atención—, no puedes usar teléfono en clases.

 

— Estoy leyendo el libro que nos dijo.

 

— ¿Para qué quieres el libro el físico entonces? Para que te golpee con él en la cabeza de seguro— dijo.

 

— Hay más alumnos que igual lo leen en su teléfono, ¿por qué sólo me reprende a mí?

 

— ¡No me estés rezongando! No tienes ningún derecho, lárgate a la dirección. Mocosa.

 

— P-pero…

 

— ¡A la dirección!

 

Fui arrastrando los pies a la dirección. Esa vieja amargada ya me la había hecho antes. Por si no lo sabían, ella es la mamá de Kissy. Sí, la chica del baño.

 

Cuando era pequeña, y su hija me hacía menos, la señora-profesora Parker era de las madres que se burlaba de mí.

 

— No te juntes con ese fenómeno, mi amor, no queremos que te incite a trastornos alimenticios.

 

Decía la señora. Agh, pero esto no iba a quedar así.

 

— Christopher, ya llevamos tiempo saliendo, así que tengo la confianza de pedirte que me ayudes en algo.

 

— ¿En qué cosa, terrón de azúcar?

 

Sonreí.

 

En la noche, fuimos a la casa de la profesora Parker, y vimos por la ventana como ella estaba en su escritorio. Chris y yo la espiábamos.

 

— Enviaré el correo de una vez— dije.

 

Envié un correo a ella, a su esposo y al director de la escuela, conseguí su correo cuando ella me mandó a la dirección.

 

Envié fotos de como la profesora Parker ligaba con un estudiante, llamado Ethan, en el escritorio de su aula. También adjunté un bonito video donde ella hace el amor con él en la recámara de su casa, donde duerme con su esposo.

 

Ella al abrir el correo, comenzó a verse desesperada. Se agarraba la cabeza como loca. Su esposo al poco tiempo entró y comenzó a discutir con ella…

 

A la mañana siguiente, en su clase, el director entró.

 

— Dadas las circunstancias, la profesora Parker ya no impartirá clases aquí— dijo.

 

— ¿Por cogerse Ethan?— dijo un chico en el fondo.

 

— No puedo confirmar eso.

 

— Pero no lo negó— le respondió el profesor.

 

— En unos días llegará su profesor sustituto.

 

El director salió. Irene se acercó a donde estaba.

 

— Escuché que se los padres de Kissy se divorciarán— comentó.

 

Miré por la ventana, y vi como la profesora Parker lloraba mientras metía una caja con sus cosas en su auto.

 

 

Usted se lo buscó.